Primera gran enseñanza:
El amor a Dios y al prójimo
La primera gran enseñanza de Jesús fue la de aprender a amar y poner el amor como centro de nuestras acciones. Teniendo como prioridad el amor a Dios y luego amando a nuestros semejantes. El evangelio de Mateo precisa que estando Jesús en una discusión con los fariseos, quienes se aferraban a la ley de Moisés, le preguntaron cuál era el gran mandamiento de la ley, a lo que les respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39).
Segunda gran enseñanza: El perdón
Cuando Jesús llegó a la tierra la costumbre y tradición era el “ojo por ojo y diente por diente”. Se amaba al amigo y se odiaba al enemigo. Jesús cambió esta situación y dijo que no podía haber odio en nuestros corazones y que de nada vale solo amar a los que nos aman, pues eso lo hace todo el mundo, que lo que nuestro padre Celestial quiere es que amemos y perdonemos a quienes nos hacen daño, a los que nos vituperan y nos aborrecen.
en el Evangelio de Mateo nos dice (6, 12):
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
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